¿Es sostenible la campaña de Black Friday?

¿Es sostenible la campaña de Black Friday?

El Black Friday es el rey mundial de las compras, y aunque empezó celebrándose un solo día, se ha convertido en una campaña de ofertas y rebajas que, en la mayoría de casos, dura semanas. Cada año, con la llegada de noviembre empieza la avalancha de campañas publicitarias con el fin de vender todo tipo de artículos y en todo tipo de sectores: desde moda, complementos y belleza, hasta tecnología, electrónica, hogar…etc. 

Pero, ¿realmente es tanto el consumo durante estas fechas? Pues sí, según un estudio de la consultora Tandem Up sobre hábitos de compra, este año, 8 de cada 10 comprará algún producto durante el Black Friday. Y es que, por su proximidad a las navidades, es el pistoletazo de salida que marca el comienzo de la campaña más consumista del año.

Numerosos estudios coinciden en que la pandemia no ha hecho bajar las ventas en el Black Friday, sino que las ha trasladado a la modalidad online. Esto se traduce en una compra más fácil, más cómoda y más impulsiva.

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Este movimiento provoca la reducción de precios, en algunos casos forzados, para que las tiendas y grandes superficies ofrezcan descuentos y rebajas que no podamos rechazar. Debido a su masificación, se ha convertido en una campaña caótica de consumo que provoca gastos frenéticos y, en la mayoría de casos, innecesarios. Pero, ¿podemos sobrevivir al consumismo que promueve el Black Friday?

Green Friday VS Black Friday

En 2015 la Comisión Europea, junto a varias organizaciones ecologistas, aprovechó el tan esperado Black Friday para explicar las novedades sobre el etiquetado de eficiencia energética, ante las posibles compras. Con ello, pretendía concienciar a la población en contra del derroche energético en electrodomésticos. Y para sacar partido de esa campaña, utilizó el “hashtag” #GreenFriday.

Con el paso de los meses, el concepto se fue asociando al consumo sostenible de forma generalizada, y afianzándose en contra del Black Friday. Lo que empezó siendo una campaña de información al consumidor para apelar a un consumo energético responsable, se ha convertido en un movimiento mundial contra el tan famoso Black Friday. 

Entendemos que los precios del Black Friday sean atractivos, pero a veces no son reales. La OCU afirma que en 2020, durante el Black Friday solo bajaron de precio un 19% de los productos, frente a un 28% que lo subieron. De hecho, apunta que durante este periodo los precios más que bajar se incrementaron un 2,6% de media.

Es esencial pensar en todas las consecuencias derivadas que tiene este movimiento. En estas fechas,  las emisiones de CO2 aumentan considerablemente por el incremento de fabricación y distribución de los productos. Por lo que, si participamos, también somos responsables de ello.

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El verde y el negro se han convertido en colores opuestos. El Green Friday está posicionado como un movimiento que rechaza estos comportamientos impulsivos y, en ocasiones, dañinos. Y apuesta por una relación con el consumo mucho más sana, concienciada con las compras y sensibilizada con el medio ambiente.

¿Cómo podemos convertir el Black en Green?

Frente al híperconsumismo tenemos dos modos de actuación. Una es no actuar, es decir, no comprar nada. Y la otra alternativa, en caso de tener que comprar, es hacerlo pero siendo conscientes y teniendo en cuenta algunos factores.

Es recomendable que si decidimos comprar, que sean productos de producción local o nacional, es decir, de cercanía. Ya que cuanto más cercana sea la producción, el consumo de energía tanto de transporte como de distribución será menor, más verde. También debemos buscar que los productos que necesitamos sean lo más sostenibles posible: evitar plásticos, componentes químicos…etc. Y, por supuesto, apostar por marcas respetuosas con el medio ambiente. Aunque supongan un esfuerzo mayor, debemos incentivar y apoyar comprando en sus comercios.

Porque si compramos en comercios así, también estamos dando nuestra opinión y colaborando para cambiar este modelo de consumo. Como expone el ODS 12, de producción y consumo responsable, es esencial el compromiso de los consumidores con las marcas responsables y sostenibles. También promueve que las empresas produzcan de forma ética, para que los objetivos de desarrollo sostenible se cumplan. 

Este objetivo, junto a movimientos como el Green Friday nos motivan a pensar que la forma de consumo está cambiando. Ya que si solo hubiese hueco para las marcas sostenibles, todos los consumidores seríamos responsables. De momento, está en nosotros elegir nuestra forma de consumir. ¿Y tú? ¿por qué color apuestas?¿Green o Black?

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